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Aguas termales | CuidatePlus

¿Qué es?

El término termal puede utilizarse para referirse a un agua mineromedicinal que está caliente, esto es, cuando emerge a una temperatura de 4ºC por encima de la temperatura media anual, tal y como lo define Lourdes Mourelle, Doctora en Farmacia y experta en dermoestética o dermocosmética de la Sociedad Española de Hidrología. Aunque también puede usarse el término para hablar de las aguas mineromedicinales; de ahí surge su acepción como producto de belleza.

Las aguas termales surgen de capas subterráneas de la Tierra que están a mayor temperatura y poseen diferentes componentes minerales (cloro, calcio, hierro, azufre, magnesio, cobre, sodio y bicarbonato), por lo que pueden ser empleadas como herramienta terapéutica. En España se calcula que hay más de 110 balnearios repartidos por toda la península.

Tipos

Según la temperatura, mineralización o residuo seco podemos encontrar diferentes tipos de agua termal. De la misma forma que, dependiendo del lugar de origen o del país en el que se encuentra, podemos distinguir diversas clases.

Como cosméticos termales sí pueden concretarse tres tipos:

  • Aguas mineromedicinales envasadas, que se usan como pulverizador
  • Cosméticos que proceden de estas aguas termales, como pueden ser cremas, lociones o protecciones solares
  • Fangos termales, formados por la mezcla de agua mineral con un fondo marino sólido que se han originado de forma natural y a los que acuden miles de personas con fin terapéutico.
     

Usos en cosmética y cura balnearia

Las aguas termales se emplean terapia dermatológica. Su utilización en cosmética se ha extendido cada vez más, ya que son calmantes y antiflogísticas, es decir, que suavizan la inflamación, reducen la acidez cutánea de la piel seca, hidratan y humedecen, e incluso algunas son antioxidantes, tal y como afirma Mourelle.

Estos cosméticos termales han sido elaborados a partir del agua mineral natural de los balnearios y manantiales, por lo que son productos emolientes e hidratantes. Son utilizadas principalmente en los balnearios o se venden en formato de spray para poder aplicarlos mediante pulverización. Dentro de éstas, las podemos encontrar como cremas faciales y leches corporales, geles limpiadores, lociones o aguas micelares.

Los productos de agua termal pueden utilizarse en pieles más especiales o como cosmético de uso diario. Su uso está especialmente demostrado en pieles con enfermedades como dermatitis atópica y psoriasis, aunque también son muy beneficiosas para otras alteraciones, como el acné, dermatitis serborreica, la ictiosis e incluso en quemaduras o secuelas de cicatrices.

La cura balnearia es, en palabras de la propia experta, el “conjunto de técnicas dirigidas a facilitar el contacto entre un agua mineromedicinal y una persona susceptible de ser tratada con ella”. Se usa especialmente en Reumatología y patologías del aparato locomotor, enfermedades del aparato respiratorio y digestivo y Otorrinolarintología (ORL).

También se emplea para tratar enfermedades metabólicas o de vías urinarias y, añade Mourelle, “otras menos frecuentes, como afecciones neurológicas, ginecológicas y alérgicas”.

Beneficios para la salud

Como producto de estética, el agua termal se ha convertido en un elemento básico para cualquier ritual de belleza. Pero sus beneficios van más allá del simple cuidado rutinario de la piel. “Están especialmente indicadas en pieles sensibles e intolerantes, pero pueden usarse en cualquier tipo de piel cuando se necesita aportar frescor o calmar la piel después de un acto médico o cuando la piel está irritada por el sol”, apunta Mourelle.

Sin embargo, el principal factor que ha popularizado el agua termal en la cosmética puede ser su eficacia a la hora de refrescar la piel e hidratarla, lo que ha hecho que se convierta en un producto clave en el neceser y el compañero perfecto en los viajes largos. Puede ser utilizada de igual manera en la limpieza de cutis y cura de imperfecciones, suavizándolo y borrando cualquier señal de cansancio.

Como ya hemos comentado, cuida especialmente las pieles sensibles y calma las rojeces o irritaciones, pero, además, también ayuda al rejuvenecimiento de la piel, gracias a los minerales y oligoelementos, como el hierro.

En cuanto al agua termal como cura balnearia, Mourelle explica que se puede considerar como una terapia complementaria a la farmacología. Pero asegura que los beneficios de este agua mineromedicinal varían según el tipo y sus indicaciones.

Aunque son muchos sus beneficios, como elemento terapéutico y producto cosmético, su uso está contraindicado en determinados casos en los que se padezca: procesos infecciosos graves o tumorales malignos, accidentes cerebro-vasculares graves, insuficiencia renal grave o cardiaca descompensada, estados caquécticos o de agotamiento orgánico y enfermedades psiquiátricas graves que impidan la convivencia.

Por lo que es importante que el paciente emplee las aguas mineromedicinales como terapia, no para nuestro bienestar en los balnearios, siempre bajo prescripción médica. Lo que suele hacerse cuando la estancia en un balneario supera los tres días.

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