Este molesto bicho que parece provenir del mismo rincón del infierno de donde surgió el otro bicho del mal, el Coronavirus, viene causando estragos en diversas partes del mundo, y la Ciudad de México no ha escapado a ello.
Este pequeño insecto se alimenta de la sangre de las personas, aunque también pueden picar a otros mamíferos o aves.
Aunque la introducción de pesticidas a mediados del siglo XX redujo su población, en los últimos años, sus infestaciones se han vuelto cada vez más frecuentes en los países desarrollados, lo cual se explica, en parte, por la mayor movilidad internacional de la población y el aumento de la resistencia de estos parásitos a algunos pesticidas.
No respetan edad, sexo o estatus social
Las chinches desarrollan su ciclo biológico tanto en ambientes rurales como urbanos, aunque en los últimos años están siendo comunes las infestaciones en hoteles, albergues y casas, donde se cobijan en los colchones, estructuras de las camas, sofá y textiles. Estos parásitos también pueden estar presentes en el transporte público y desplazarse a través de tuberías e instalaciones eléctricas.
Si las condiciones son favorables, pueden proliferar con rapidez en nuevos ambientes.
¿Cómo pican las chinches?
Las chinches se caracterizan por parasitar durante la noche, cuando son atraídas por el calor y el dióxido de carbono que emite el huésped mientras está dormido.
Generalmente, las chinches pican dos o tres veces en algún punto de la piel para succionar la sangre y luego continúan avanzando para seguir alimentándose, por lo que las picaduras pueden presentarse en línea o agrupadas.
¿Por qué las chinches no me pican a mí?
En realidad, y como se advirtió unas líneas arriba, las chinches no discriminan ni son selectivas respecto a quién pican y a quién no. La diferencia entre algunos individuos y otros es que no manifiestan síntomas de alergia a la saliva del parásito.
Así, la aparición de síntomas tras la picadura de una chinche depende de la sensibilidad de cada persona a la saliva inoculada durante el proceso de alimentación parasitario; mientras algunas personas manifiestan una reacción alérgica que puede llegar a ser muy molesta, en otras apenas puede observarse la picadura.
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